La odisea del NAS

Hacía tiempo que veníamos necesitando un NAS por aquí, el volumen de datos que manejamos es considerable y se hacía poco práctico manejarlo a base de compartir los datos en los puestos de trabajo se convertía en poco viable, a la par que inseguro.

Hace poco me puse manos a la obra y, una vez descartada la opción de agregar discos a uno de los puestos de trabajo, sin más; me encontré entre la opción de adquirir un NAS específico, de los que vienen en una caja compacta y en los que hay que conectar un par de discos y a correr… o montar un equipo, en plan servidor, donde tener montados los discos y que me permitiera más flexibilidad. Consultando que te consulta, de entrada llegué a la conclusión de que sólo los NAS específicos más baratos y limitados podían competir en precio con montar un equipo completo. Así que me acabé decidiendo por esta última opción.

Una vez resueltos los problemas componentes/proveedor, en especial el hecho de que uno de los discos duros de 2TB soportó un total de 2 encendidos antes de morir… lo que me llevó ni más ni menos que una semana completa. Me tuve que enfrentar a la configuración y puesta en funcionamiento del aparato. Y aquí fue donde se complicó el asunto hasta lo absurdo, en parte por torpeza mía, que llevaba sin trastear con Linux una temporada larga, y en parte por la propia ideosincrasia del funcionamiento del sistema.

El servidor en sí no requiere mucha filigrana: se trata de poner en la red un total de 2TB accesibles desde los puestos de trabajo (windows); estos 2TB están montados a base de dos discos de esa capacidad montados en RAID 1… tan sencillo como eso. O eso creía yo. Para hacer funcionar el chisme, usaría Linux, concretamente Ubuntu Server 10.10, administrando el equipo con webmin.

El problema se me presentó primero a la hora de instalar el sistema; la idea era dejar los discos del RAID dedicados a datos, con otro HD exclusivo para el sistema; como el sistema iba a ser ligero y no iba a requierir potencia de disco, lo instalo en un disco IDE de 40GB que tengo parado desde hace tiempo. No quería montar unidad óptica… en principio no me iba a hacer falta… o eso pensaba yo. 😀

Primer problema: es totalmente imposible instalar desde pendrive; ni montando la imagen con la, hasta ahora, infalible Unetbootin, ni usando el método propuesto en la página de Ubuntu: el resultado es el mismo, llega a un punto donde el instalador busca el CD y como no hay CD… da error. Al final tengo que montar una unidad óptica, no me queda otra.

Segundo problema: el RAID y la instalación. En principio pensaba usar el método estándar para windows: se usa la aplicación de la BIOS de la placa para montar un RAID que ya se le muestra al sistema como disco único y «pa’lante»… aquí cometí un grave error del que tardé en darme cuenta. Lo primero con lo que me encontré es con que el instalador detecta el RAID y me pregunta si lo quiero «activar»… aquí primer mosqueo «¿cómo que «activar»? será si lo quiero usar»… pues no. Si le doy a que lo quiero activar… lo detecta, lo monta… y tengo que usarlo para instalar el sistema por narices; por lo visto a nadie se le ha ocurrido que lo mismo quiero tener un RAID y no instalar el sistema en él. Total que decido tirar para delante, no activar el RAID en la instalación, particionar a mano el disco IDE e instalar… confiado en que luego podría configurar el RAID y usarlo para datos… ¡qué iluso!.

Tercer problema: el RAID una vez instalado el sistema. Bueno, pues ya tengo el sistema corriendo… vamos a montar los discos RAID y a correr… ¡coño, que no puedo!; aquí empezó una odisea de casi un día hasta que llegué a la conclusión de que tenía que deshacer el RAID de la BIOS y montarlo por software en el sistema. Pero el problema luego fue cargarme las particiones protegidas que había hecho en los discos la aplicación de la BIOS, que me llevó no pocos quebraderos de cabeza.

Conclusiónes:

-Instala desde el CD, es más fácil… parece mentira, pero es lo que hay.
-A nadie se le ha debido de ocurrir que lo mismo el RAID no lo quieres para el sistema; pues bien, es algo que pasa, algunos no queremos el RAID para el sistema, sino para los datos. Si me casca el sistema, me la rasca, restauro la imagen de nuevo y a correr, o la monto en otro disco… pero lo quiero independiente de los datos. En mi experiencia, compartir datos y sistema no suele llevar a nada bueno en caso de problemas.
Para montar el RAID en Ubuntu, sin problemas: trata los discos del RAID como discos individuales en la instalación, aprovecha para darles formato a EXT4 en ese momento, pero nada más. NO actives opciones de RAID en la BIOS
Webmin funciona de maravilla y es tan sencillo como instalarlo y ya está. Luego desde ahí se hace todo… incluso montar el RAID.

Luego, con el RAID funcionando, tuve otro pequeño problema con el servidor SAMBA, pero fue cosa de torpeza más que nada, porque había dos puntos de montaje creados y estaba usando yo el que no era. Pero una vez otorgados los permisos al directorio correcto, esto ya está funcionando, de forma totalmente integrada con el resto de equips windows, que escriben y leen en el servidor sin problemas.

De paso, el haber elegido esta configuración me va a permitir usar el equipo para otros menesteres más adelante. Así que ha merecido la pena.