2020

Y se pasó todo 2019 sin publicar y sin darme cuenta. Desde que abrí el blog creo que ha sido el único año en el que no he publicado absolutamente nada, y bien que lo siento. Con la popularización de las redes sociales, esto de los blogs, en muchos casos, ha quedado prácticamente olvidado. En mi caso, las circunstancias de mi vida personal en los últimos años hacen que no haya tenido mucho que poner por aquí; lo que he puesto, muy con cuentagotas, ha sido casi para forzarme a mantenerlo con un mínimo de actividad… y ni con esas conseguí publicar nada en todo 2019. De hecho, la última entrada anterior a esta es la de las golondrinas, contando algo que sucedió -y casi no me lo puedo creer cuando lo escribo- en verano de 2018.

Ni siquiera en lo fotográfico he tenido mucho que subir. No me puedo quejar de mi vida profesional, por fortuna, pero los últimos años no han sido especialmente fructíferos en cuanto a la parte personal de mi faceta de fotógrafo. Y menos aun si consideramos la parte que debería subir aquí. A penas hago fotos que no sean de trabajo con equipos digitales desde hace 4 o 5 años y, los últimos dos, los he pasado, en lo fotográfico, aprendiendo y perefeccionando técnicas fotográficas de las hoy denominadas «alternativas», que son en realidad, más bien, históricas; particularmente la que se suele conocer como «carbón transportado». Solo a final del pasado año he llegado a un nivel de confianza y calidad con lo realizado en esa técnica -detrás de la que llevaba muchísimos años, posiblemente toda mi vida de fotógrafo- como para, este 2020, pensar seriamente en acometer proyectos personales basados en la misma.

En cuanto a la realización propiamente dicha, llevo un tiempo largo haciendo pocas fotos, en malos momentos y de cualquier forma, sobre todo por falta de tiempo o, más concretamente, por tener que priorizar otras cuesiones en el tiempo libre del que he venido disponiendo. Valga como muestra el hecho de que, las dos últimas imágenes que procesé, imprimí y enmarqué en 2019, correspondían a disparos hechos, ni más ni menos, en el verano de 2013.

Intentaré mantener esto con un poco más de vida durante este año, aunque solo sea ya por no dejar morir lo que llevo tanto tiempo haciendo.

Ilustro esta primera entrada del 2020 con la que considero la última copia al carbón que realicé en la fase de prueba y aprendizaje; la que quiero que de paso al desarrollo creativo usando esta técnica. Aunque nunca he sido amigo de escanear lo que nacía en foto-químico, rechazo que me viene de las miles de horas empleadas en escenados y trabajo con los mismos, cuando no había más opción que esa. Volveré a digitalizar o, al menos a mostrar los trabajos realizados, aunque sea «fotografiando la foto». como es el caso.

Feliz 2020.

Fotografía en carbón transportado:

Glop realizado a partir de pigmentos en polvo (negro humo y sombra calcinada).
Soporte: papel de acuarela Saunders Waterford 300g grano satinado. Capa de gelatina insolubilizada al alumbre, con pigmento en polvo «cobre nacarado).
Realizada a partir de un negativo de 9x12cm en película Fomapan 100.